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«En sus primeras fases, el cáncer colorrectal no suele presentar mucha sintomatología por lo que resultan vitales los cribados»

El cáncer colorrectal es uno de más comunes en España, representando el 15,3% de todos los tumores diagnosticados en 2020 en nuestro país. Se trata del segundo tumor más frecuente en varones después del cáncer de próstata y del segundo en mujeres después de mama
Dr. Fadrique

El cáncer de colon se origina por el crecimiento de un tejido anómalo y puede darse en el colon, recto o en el apéndice. Una dieta rica en fibra, vitaminas y pescado; la reducción de carnes rojas y gras de origen animal, la reducción y/o eliminación de la ingesta de alcohol, la realización de ejercicio varios días por semana, o los chequeos rutinarios son algunas de los consejos que señalan los expertos para ayudar a prevenir la aparición de este tipo de tumores.

Con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer de Colon que se celebra cada 31 de marzo, el especialista en cirugía colorrectal del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), el doctor Alfonso García Fadrique, advierte de la importancia del diagnóstico temprano y de la prevención con la adquisición de hábitos de vida saludable.

Pregunta.- ¿Qué síntomas deberían despertar las alarmas de un paciente para acudir al médico?

Respuesta.- El cáncer colorrectal en sus fases iniciales, no suele dar mucha sintomatología en la mayoría de los casos. Así, los más frecuentes son el sangrado o eliminación de moco con las heces, la alteración en el hábito deposicional (tendencia a un mayor estreñimiento del habitual, alternancia entre diarrea y estreñimiento o la sensación de defecación incompleta o tenesmo), la pérdida de peso sin causa justificada o la sensación de masa en el abdomen.

El cáncer colorrectal está incluido en los programas de detección precoz, ya que su detección temprana, antes de que dé síntomas, está directamente relacionada con su pronóstico. En la actualidad estos programas van dirigidos a personas entre los 50 y 70 años que no presentan síntomas. Se realiza un test de sangre en las heces y si éste es positivo no significa que se tenga un cáncer colorrectal, pero es conveniente realizar una colonoscopia completa para descartarlo.

P.- ¿Existe alguna forma de prevenir este tipo de cáncer?

R.- Existen unos hábitos de vida saludable que se han relacionado directamente con una disminución en la incidencia del cáncer colorrectal. Entre ellos, una alimentación rica en frutas y verduras, la reducción en el consumo de grasas y carnes rojas, realizar ejercicio físico de manera frecuente y evitar tóxicos como el tabaco y el alcohol.

P.- Si un paciente tiene cáncer de recto, ¿debería recibir radioterapia y quimioterapia antes de la cirugía?

R.- El recto es el tramo final del tubo digestivo hasta su llegada al ano. Por sus características anatómicas y por su localización en la pelvis, en algunos casos es necesario un tratamiento previo a la cirugía para garantizar que ésta sea óptima y disminuir el riesgo de recidiva (ya sea local o a distancia). La decisión de en qué casos administrar este tratamiento previo está estandarizado en las guías de práctica clínica y se basa en los resultados de la tomografía (TAC), resonancia pélvica y ecoendoscopia. Según esta estadificación y la valoración individualizada en un Comité Multidisciplinar (especialistas en cirugía, oncología, radiología, radioterapia, digestivo y anatomía patológica) se propondrá el mejor tratamiento en cada caso.

P.- ¿Qué avances ha experimentado la cirugía con el paso de los años?

R.- Como en otros campos de la medicina, la cirugía ha experimentado una evolución muy significativa durante las últimas décadas. Desde el punto de vista técnico, el desarrollo de la cirugía mínimamente invasiva (laparoscópica y robótica) ha supuesto un avance muy importante con cirugías menos agresivas, más precisas y con recuperaciones más tempranas, siempre manteniendo los estándares de la cirugía oncológica. La cirugía hepática, torácica y de carcinomatosis peritoneal para tumores colorrectales avanzados, ha supuesto un avance significativo en el pronóstico de estos pacientes.

Otro de los avances que, bajo mi punto de vista, ha supuesto una mejora en la calidad de la atención ofrecida a nuestros pacientes, donde la cirugía también ha sido protagonista, es la aparición de equipos multidisciplinares y comités de tumores para la toma de decisiones e indicaciones de manera consensuada, siempre según las actualizaciones y la evidencia científica disponible en ese momento.

P.- ¿Qué técnicas utiliza el IVO en la cirugía del cáncer colorrectal?

R.- Siempre que es posible realizamos las cirugías mediante técnicas mínimamente invasivas (laparoscópica o robótica), lo que supone un volumen de casos importante en nuestra actividad diaria. En casos muy concretos (pólipos no subsidiarios de resección endoscópica) se realizan resecciones transanales o TAMIS. En los casos de cáncer colorrectal avanzado contamos con profesionales con amplia experiencia en cirugía hepática compleja y cirugía sobre las metástasis peritoneales (carcinomatosis) mediante cirugía y quimioterapia intraperitoneal hipertérmica, ésta última implantada en nuestro centro desde 2013.

P.- ¿Qué tipo de cirugías se realizan en el IVO con el robot Da Vinci Xi?

R.- Desde la implantación de la cirugía robótica en el IVO, el Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo ha desarrollado un programa progresivo en cirugía de cáncer colorrectal en base a la cirugía laparoscópica avanzada que ya realizábamos y seguimos haciendo. Por lo tanto, la cirugía oncológica robótica de colon y recto ha sido la primera indicación por su prevalencia. Se han ido ampliando otras indicaciones directamente relacionadas con el cáncer colorrectal como la resección robótica de metástasis hepáticas con muy buenos resultados.

P.- ¿Cuáles son las ventajas en la utilización del Da Vinci para operaciones de este tipo?

R.- La cirugía robótica supone un paso adelante en la cirugía mínimamente invasiva. Su tecnología de alta definición y 3D aporta una visión mucho mayor y más nítida que la cirugía laparoscópica con mejor disección de los planos anatómicos. Además, aporta mucho más rango de movimientos al cirujano asemejándose mucho más a la cirugía abierta tradicional. Todo ello redunda en mejores resultados quirúrgicos, menores secuelas funcionales y menor estancia hospitalaria.

P.- Después de la cirugía, ¿Cuál es el proceso de recuperación?

R.- Durante los últimos años se está dando mucha importancia a las fases previas a la propia intervención quirúrgica. Es decir, la cirugía y su recuperación comienzan antes mismo de la propia intervención. Una correcta alimentación, realizar ejercicio físico aeróbico y ejercicios respiratorios previos, se ha relacionado directamente con el resultado quirúrgico y en una recuperación más temprana. Posteriormente, tras la cirugía colorrectal se ofrecen una serie de recomendaciones dietéticas y de actividad para la vuelta lo antes posible a su vida cotidiana. Si ha sido necesario la confección de algún estoma (ano contranatura) temporal o definitivo, al alta hospitalaria los pacientes están convenientemente tutorizados y apoyados por el equipo de estomaterapia. Por lo tanto, el proceso de recuperación tras la cirugía colorrectal es activo y el papel del propio paciente es crucial.

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